TENER RELACIONES SEXUALES ENGORDA ??

Publicado en por JORGE EMILIO EL KHOURY BECHARA

Si bien es cierto que durante el acto sexual el corazón late más deprisa, que los músculos se tensan, que la respiración se acelera, y que los movimientos pélvicos y las posturas adoptadas suponen una cierta gimnasia, también lo es que el consumo de calorías que se produce en una relación sexual, de intensidad y duración media, es aproximadamente el mismo que subiendo tres pisos por las escaleras. Teniendo en cuenta que de no realizar el acto sexual, estaríamos haciendo cualquier otra actividad, como pasear, leer, o ducharnos, que también gastaría algo de energía, podemos concluir que habría que tener una actividad sexual desbordante para que el consumo de calorías tuviera alguna trascendencia de cara a adelgazar.

Y, sin embargo, el no hacer el amor sí puede facilitar que se engorde, o que se sea menos eficaz a la hora de perder kilos, ya que la frustración sexual puede estar siendo “compensada” gracias al placer de comer en exceso. Por otra parte, el no sentirse deseado por otra persona, y el complejo de inferioridad respecto a los demás, puede ocasionar bajadas anímicas que como hemos visto pueden jugar un papel importante en la cantidad y en el tipo de alimentos que tomamos.

Sí es cierto que insatisfacciones laborales, económicas, y de otros tipos, pueden producir un cierto estado de ansiedad y un desequilibrio de gratificaciones, que pueden llevarse mucho mejor si la persona tiene una vida sexual gratificante, y que le devuelva de sí mismo una imagen triunfadora. Pero esto no es distinto de lo que pasa con cualquier otro ámbito de la vida.

Hacer el amor, pero hacerlo bien, es decir, convencidos de hacerlo, sin reservas, con una persona con la que no hay tensiones ni rivalidades, y con la que podemos ser auténticos, sin miedo a embarazos o a contagios, como forma de realización personal sana, como una manera de conquistar un comportamiento propio de los adultos, puede ayudar, que duda cabe a ser constante y eficaz en el régimen. Porque cuando nos sentimos bien, realizados, satisfechos con nosotros mismos y con lo que hacemos, y con las personas con las que estamos, somos capaces de realizar de manera mantenida los esfuerzos necesarios para alcanzar metas deseables, y el alcanzar un peso adecuado puede ser una de ellas.

Si además la pareja comprende el deseo de adelgazar, si anima a realizar el esfuerzo necesario, si se alegra cada vez que el obeso o la obesa consigue no salirse del régimen previsto, y si valora el esfuerzo realizado, entonces será mucho más fácil alcanzar los objetivos de peso.

Es el momento apropiado de recordar al lector que las personas que rodean a un obeso, pueden tener secreto interés en que éste mantenga sus kilos sobrantes. El miedo a las relaciones sexuales, por ejemplo por miedo a que aparezca la temida impotencia, o se repita la frustrante eyaculación precoz, o a que crezcan fantasías homosexuales, puede llevar a un hombre a estimular la obesidad de su compañera, para tener así una disculpa para no buscar las relaciones sexuales con ella. De la misma manera una esposa puede cocinar de manera más tentadora, o agigantar conflictos de poca importancia para que se trasformen en grandes ingestas, para sabotear el régimen de su esposo y que siga siendo obeso, para tener así la disculpa de no mantener con él relaciones sexuales, y poder seguir con aparente disculpa una infidelidad o una simple falta de deseo sexual

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